El proyecto ENDO-HIT del Grupo de Investigación Biomédica en Ginecología del Vall d'Hebron Instituto de Investigación (VHIR), nació dentro del programa Caixa d’Eines de Pla de Barris del Ayuntamiento de Barcelona y se ha llevado a cabo en el barrio del Carmel, con el objetivo de desnormalizar el dolor menstrual y acercar la endometriosis a los y las adolescentes.

El próximo curso se continuará llevando a cabo, esta vez formando parte también del Programa Ciencia Ciudadana en las Escuelas, organizado por la Oficina de Ciencia Ciudadana de Barcelona y el Consorcio de Educación de Barcelona. Gracias al proyecto, tres grupos clase de 3º o 4º de ESO de diferentes centros educativos de Barcelona disfrutaran de la iniciativa durante un trimestre, además de los institutos-escuela del Carmel donde nació, que continuarán participando en el curso 2024-2025. Se trata de la primera vez que un proyecto impulsado desde Vall d’Hebron se ofrece dentro de este programa.

La ciudadanía ve el dolor menstrual como una parte inevitable y normal de la menstruación, una barrera importante que contribuye a que el diagnóstico de la endometriosis sea muy tardío. Por ello, uno de los objetivos del proyecto es educar sobre esta enfermedad en las aulas de secundaria, ya que los síntomas pueden aparecer con las primeras reglas.

ENDO-HIT se inició en el curso 2022-2023 como un proyecto de ciencia ciudadana cocreado con el alumnado de los institutos-escuela Mirades y Coves d'en Cimany, junto con el VHIR y el acompañamiento de la agencia de comunicación científica Eduscopi, en el marco del Programa Caixa d'Eines, y con el apoyo inestimable de EndoCat, la asociación de afectadas de endometriosis de Cataluña. En la primera edición del proyecto, investigadoras del Grupo de Investigación Biomédica en Ginecología impartieron una charla al alumnado sobre el ciclo menstrual y la endometriosis.

A falta de un método objetivo para evaluar el dolor menstrual, el alumnado reflexionó sobre cómo el dolor menstrual afecta a situaciones de la vida cotidiana. Con el apoyo del equipo del VHIR y Eduscopi, los participantes elaboraron un cuestionario para recopilar información y opinión sobre el tema, donde también se analizaban datos demográficos sobre el dolor menstrual, que distribuyeron entre familiares y vecindario. Se obtuvieron más de 1.000 respuestas, que el alumnado analizó y difundió a través de infografías y charlas en otros institutos.

El curso pasado se continuó con el proyecto; las investigadoras impartieron la charla en cuatro centros educativos más, con la participación de voluntarias de EndoCat, además de en el Mirades y el Coves d'en Cimany, en el marco del Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia. El equipo evaluó el impacto de estas charlas en el conocimiento sobre salud menstrual y el interés y la aceptación de este tipo de actividades entre el alumnado, y pudo comprobar empíricamente lo que ya habían observado durante la primera edición del proyecto: la endometriosis sigue siendo una enfermedad muy desconocida entre el alumnado, y aunque el tratamiento sobre salud menstrual está más normalizado en el instituto, los y las estudiantes tienen un conocimiento limitado del tema. El alumnado de los dos centros participantes en el programa Caixa d'Eines colaboró en el análisis de los resultados, generaron materiales educativos y de difusión, impartieron charlas a grupos de otros centros y evaluaron el impacto de estas siguiendo la misma metodología que las investigadoras.

“La idea es conseguir que el proyecto pueda ser sostenible en el tiempo y llegue a muchos más centros”, afirma Carina Masferrer Ferragutcasas, investigadora del proyecto dentro del Grupo de Investigación Biomédica en Ginecología del VHIR, durante su intervención en la segunda edición del congreso Congreso Género y Comunicación de la Ciencia, que tuvo lugar el pasado 4 de junio en Bilbao.

Más allá de este proyecto, el programa Caixa d’Eines de Pla de Barris, en el marco del cual nació esta propuesta, apuesta por la introducción de prácticas artísticas y científicas dentro del currículum escolar para reducir las desigualdades, articulando la educación formal, la no formal y la comunidad. Esto permite al alumnado ampliar sus horizontes y ofrecer nuevas formas de aprender y de relacionarse con su entorno.