09/08/2022 El 40% de las mujeres que va al hospital por una lesión ortopédica ha sufrido violencia de género alguna vez en su vida < > 09/08/2022 El estudio internacional en el cual ha participado Vall d’Hebron ha encontrado que estas mujeres pueden experimentar una menor calidad de vida relacionada con la salud sin importar cuánto tiempo hace que se produjo la agresión Un estudio internacional ha constatado que cuatro de cada diez mujeres que acuden en el hospital con una fractura ósea o una luxación han sufrido violencia de género en algún momento de sus vidas. Los resultados publicados en el The Journal of Bone & Joint Surgery demuestran, una vez más, la prevalencia de este tipo de violencia en la sociedad. Este estudio se realizó simultáneamente en seis hospitales del Canadá, Países Bajos, Finlandia y España. Los requisitos para entrar en el estudio eran ser una mujer mayor de edad con una lesión traumática (fractura o luxación) reciente, y ser capaz de responder de forma autónoma a las preguntas de los investigadores. En total se seleccionaron 250 participantes a las que se los hizo un cuestionario sobre violencia de género que se repitió en todas las visitas. Cada paciente fue evaluada durante un año dividido en una visita inicial y cuatro seguimientos. Al Hospital Universitario Vall d’Hebron colaboraron doce profesionales (PRAISE-2 Investigators) del Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología de Hospital de Traumatología, Rehabilitación y Quemados bajo la dirección de Dra. Maria Villar, consultora de medicina interna en el hospital de Vall d’Hebron e investigadora del grupo de Cirugía Reconstructiva del Aparato Locomotor del Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR) y la coordinación de Yaiza Garcia investigadora del mismo grupo. El 79% de las mujeres que declararon haber sufrido algún tipo de violencia machista (física, emocional o sexual), lo hizo durante la visita inicial, mientras que el 21% restante lo hizo en posteriores seguimientos. Los investigadores presentan dos hipótesis, que no son excluyentes, para este segundo grupo. La primera es que la situación de vulnerabilidad y dependencia que experimentan las mujeres con lesiones ortopédicas aumenta su riesgo de sufrir violencia por parte de su pareja sentimental. Varios estudios han demostrado que mujeres con movilidad reducida presentan porcentajes más elevados de abuso y también se ha detectado una mayor incidencia durante periodos sanitariamente complejos como puede ser embarazos y pospartos. La segunda hipótesis es que durante el seguimiento se crea un vínculo de confianza entre la paciente y los profesionales sanitarios que permite que la primera revele casos de violencia previamente no declarados. En los dos casos es esencial que el personal que las atienda esté formado y tenga un protocolo claro para identificar estos casos. "Traumatología es un espacio clave", explica Yaiza Garcia que considera que las posibilidades que los profesionales sanitarios se encuentren ante mujeres que han sufrido cualquier clase de violencia de género son muy elevadas. "Las lesiones musculoesqueléticas son las segundas lesiones más comunes resultantes de agresiones de la pareja". Menor calidad de vida relacionada con la salud Otro parámetro que han analizado los investigadores es si haber sufrido violencia machista, aunque esta no fuera la causa de la lesión, puede suponer una dificultad añadida en la recuperación. Los datos obtenidos, a pesar de que preliminares, sugieren que las mujeres con un historial de violencia de género tienen una menor calidad de vida relacionada con la salud y mayor dificultad en la recuperación de sus niveles funcionales previos a la lesión a pesar de que no mostraban una mayor tasa de complicaciones. Estos resultados no variaban según el tiempo pasado desde la agresión recibida, eran similares tanto si declaraban que la violencia era la causa de la lesión, como si habían sufrido una agresión durante los últimos 12 meses o si afirmaban que hacía años del último incidente. Los resultados no son clínicamente concluyentes, pero abren la puerta a seguir investigando sobre las repercusiones para la salud a largo plazo de las víctimas de violencia machista. Vall d’Hebron estrenó el 2020 un protocolo transversal de violencia machista que coordina todos los perfiles profesionales del hospital para dar una atención integral a la mujer víctima de violencia de género. El protocolo está pensado para activarse ante una visita causada por una agresión física o psicológica. Este nuevo estudio constata que aunque la violencia no sea causa directa de la consulta, los profesionales tienen que valorar la posible existencia de un historial de violencia machista que afecte la recuperación y la calidad de vida de la paciente. A la vez se tiene que considerar la visita médica como un lugar óptimo para hacer aflorar casos ocultos y proporcionar una asistencia precoz y necesaria a las mujeres en situaciones de violencia de género. Durante este estudio, por ejemplo, cuando una mujer declaraba en nuestro centro tener un historial de violencia machista, se le ofrecía apoyo y asistencia, poniéndola en contacto con todos los servicios y recursos que dispone Vall d’Hebron. El 79% de las mujeres que declararon haber sufrido algún tipo de violencia machista (física, emocional o sexual), lo hizo durante la visita inicial, mientras que el 21% restante lo hizo en posteriores seguimientos. Los investigadores presentan dos hipótesis, que no son excluyentes, para este segundo grupo Twitter LinkedIn Facebook Whatsapp