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14/06/2010

Sólo nos han planteado una demanda

2010_0056_2010_0056_IMATGE

14/06/2010

El Instituto Catalán de Farmacología, una especie de Pepito grillo para la Administración, médicos e industria, ha cumplido 25 años. Su director admite que a veces son incómodos. "http://www.diariomedico.com/" Diario Medico "http://www.icf.uab.es/Index.html" "http://www.icf.uab.es/Index.html" Fundació Institut Català de Farmacología "http://www.icf.uab.es/Index.html" El Instituto Catalán de Farmacología (ICF) ha cumplido 25 años. ¿Es lo que se pensó cuando se creó? ¿Hay algún organismo similar en el resto de España?-En los años setenta los fármacos descritos en los libros de texto de solvencia reconocida tenían poco que ver con los más utilizados en España. Con otros profesores de la Universidad Autónoma de Barcelona y el Hospital del Valle de Hebrón nos propusimos contribuir a establecer continuidad entre los conocimientos farmacológicos reconocidos internacionalmente por un lado, y la práctica clínica real, por el otro. Comenzamos siete u ocho personas y ahora somos más de cincuenta. Inicialmente publicamos el primer manual de orientación a la prescripción independiente de la industria y adaptamos a nuestro país el programa de farmacovigilancia que funcionaba desde los sesenta en una treintena de países. El primer año recibimos casi 500 notificaciones y en 2008, más de 1.500. La farmacovigilancia se extendió luego a toda España. En estos 25 años hemos crecido junto con otros servicios y otros centros autonómicos que desarrollan actividades similares.¿Han cambiado mucho las cosas en ese cuarto de siglo?-Enormemente, y también el patrón de consumo de medicamentos, pero los retos son los mismos: el gasto en fármacos a cargo del SNS ha pasado de unos 6.000 millones de pesetas a más de 6.000 millones de euros. El sistema de salud hace bien en intentar controlar el gasto, sin embargo, lo fundamental para el prescriptor no ha cambiado: la misma Administración que aprueba nuevos fármacos y sus precios altos pide a continuación a los médicos que no los prescriban.¿Han logrado ser realmente independientes? ¿Qué precio han tenido que pagar por serlo?-La independencia no es un fin, es un medio. Puede ser difícil sobrellevarla, pero es imprescindible para tener credibilidad. Dicho esto, nosotros procuramos promover el uso razonado de los medicamentos desde una institución afiliada a la vez a una universidad y al Instituto Catalán de la Salud, es decir, desde la propia Administración pública. Y no tenemos ánimo de lucro: la mayor parte de nuestros ingresos proceden de convenios y contratos con administraciones, seguidos de proyectos de investigación públicos y de organizaciones internacionales. Menos de un 15 por ciento de nuestro presupuesto procede de contratos de investigación y colaboración con compañías farmacéuticas. Nos sentimos orgullosos de colaborar con todos ellos, sobre una base de transparencia, autonomía y respeto mutuo.¿Son respetados o son temidos?-Pretendemos apoyar al conjunto de los prescriptores y al sistema de salud, en interés del paciente. No creo que seamos temidos, aunque quizá podemos ser en ocasiones incómodos. De todos modos, insisto en que nuestro objetivo no es molestar a nadie sino crear conocimiento y difundirlo.¿Cuántas demandas les han puesto? ¿Las han ganado todas?-Las compañías y administraciones públicas que se hayan podido sentir molestas han preferido no enfrentarse con nosotros. Sólo una vez una compañía nos planteó una demanda de rectificación, comprobamos la veracidad de lo que decíamos y no aceptamos. El resultado fue mayor publicidad para nosotros y mala publicidad para ellos.

El Instituto Catalán de Farmacología, una especie de Pepito grillo para la Administración, médicos e industria, ha cumplido 25 años. Su director admite que a veces son incómodos. "http://www.diariomedico.com/" Diario Medico "http://www.icf.uab.es/Index.html" "http://www.icf.uab.es/Index.html" Fundació Institut Català de Farmacología "http://www.icf.uab.es/Index.html" El Instituto Catalán de Farmacología (ICF) ha cumplido 25 años. ¿Es lo que se pensó cuando se creó? ¿Hay algún organismo similar en el resto de España?-En los años setenta los fármacos descritos en los libros de texto de solvencia reconocida tenían poco que ver con los más utilizados en España. Con otros profesores de la Universidad Autónoma de Barcelona y el Hospital del Valle de Hebrón nos propusimos contribuir a establecer continuidad entre los conocimientos farmacológicos reconocidos internacionalmente por un lado, y la práctica clínica real, por el otro. Comenzamos siete u ocho personas y ahora somos más de cincuenta. Inicialmente publicamos el primer manual de orientación a la prescripción independiente de la industria y adaptamos a nuestro país el programa de farmacovigilancia que funcionaba desde los sesenta en una treintena de países. El primer año recibimos casi 500 notificaciones y en 2008, más de 1.500. La farmacovigilancia se extendió luego a toda España. En estos 25 años hemos crecido junto con otros servicios y otros centros autonómicos que desarrollan actividades similares.¿Han cambiado mucho las cosas en ese cuarto de siglo?-Enormemente, y también el patrón de consumo de medicamentos, pero los retos son los mismos: el gasto en fármacos a cargo del SNS ha pasado de unos 6.000 millones de pesetas a más de 6.000 millones de euros. El sistema de salud hace bien en intentar controlar el gasto, sin embargo, lo fundamental para el prescriptor no ha cambiado: la misma Administración que aprueba nuevos fármacos y sus precios altos pide a continuación a los médicos que no los prescriban.¿Han logrado ser realmente independientes? ¿Qué precio han tenido que pagar por serlo?-La independencia no es un fin, es un medio. Puede ser difícil sobrellevarla, pero es imprescindible para tener credibilidad. Dicho esto, nosotros procuramos promover el uso razonado de los medicamentos desde una institución afiliada a la vez a una universidad y al Instituto Catalán de la Salud, es decir, desde la propia Administración pública. Y no tenemos ánimo de lucro: la mayor parte de nuestros ingresos proceden de convenios y contratos con administraciones, seguidos de proyectos de investigación públicos y de organizaciones internacionales. Menos de un 15 por ciento de nuestro presupuesto procede de contratos de investigación y colaboración con compañías farmacéuticas. Nos sentimos orgullosos de colaborar con todos ellos, sobre una base de transparencia, autonomía y respeto mutuo.¿Son respetados o son temidos?-Pretendemos apoyar al conjunto de los prescriptores y al sistema de salud, en interés del paciente. No creo que seamos temidos, aunque quizá podemos ser en ocasiones incómodos. De todos modos, insisto en que nuestro objetivo no es molestar a nadie sino crear conocimiento y difundirlo.¿Cuántas demandas les han puesto? ¿Las han ganado todas?-Las compañías y administraciones públicas que se hayan podido sentir molestas han preferido no enfrentarse con nosotros. Sólo una vez una compañía nos planteó una demanda de rectificación, comprobamos la veracidad de lo que decíamos y no aceptamos. El resultado fue mayor publicidad para nosotros y mala publicidad para ellos.

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