La violencia machista es la manifestación más grave de desigualdad hacia las mujeres, un grave problema de salud pública, un atentado contra la libertad individual y una violación de los derechos humanos. En el Estado, 40 mujeres han sido asesinadas en 2024, doce de ellas en Catalunya: once niños y niñas han sido asesinados por violencia vicaria, aquella que busca hacer daño a las madres a través del daño a sus hijos o hijas, y un total de 30 niños han quedado huérfanos a causa del asesinato de sus madres. Por este motivo, Vall d’Hebron se suma un año más en el Día Internacional para la Erradicación de la Violencia hacia las Mujeres el 25 de noviembre reforzando su compromiso de tolerancia cero con la violencia machista, trabajando activamente para su erradicación a través de la detección de sus víctimas dentro del ámbito hospitalario, su tratamiento y acompañamiento en la recuperación, así como la concienciación de sus profesionales sobre esta lacra.

El tradicional acto del 25-N, con la lectura del manifiesto de la Comisión Transversal de Violencia Machista para alentar a trabajar conjuntamente para construir un mundo sin violencia y discriminación, se ha complementado este año con la distribución masiva entre profesionales, pacientes y familias de Vall d’Hebron de un folleto con el violentómetro, que anima a concienciar y tomar medidas contra cualquier grado de violencia machista a sus víctimas o testigos, a los mismos profesionales y a toda la comunidad a través de los recursos existentes.

El violentómetro contribuye a los diferentes grados de violencia machista: en amarillo, hay que estar alerta ante actuaciones como hacer bromas hirientes y manipular, humillar en público, amenazar y controlar, prohibir o ser celosos con la mujer. En naranja, se tiene que pedir ayuda o denunciar si la pareja revisa el móvil o controla el dinero o documentos, golpea jugando o araña, no deja tomar anticonceptivos o espía obsesivamente o se persigue, entre otras conductas. Ya en rojo, el violentómetro alerta a las mujeres de que su vida está en peligro si el acoso es permanente, infringe lesiones físicas, abusa sexualmente o fuerza las relaciones, mutila o amenaza con objetos y armas. El folleto también informa de los diferentes servicios o recursos a los que pueden recurrir las mujeres en situación de violencia machista, o aquellas personas de su entorno que la detecten: teléfono 112 en caso de urgencia, 016 para información por víctimas de violencia de género, 900 900 120 para la atención telefónica para la violencia machista, así como el Servicio de Información y de Atención a las Mujeres (SARA/PIAD) y el Centro de Urgencias y Emergencias Sociales de Barcelona (CUESB). “La violencia machista es transversal y afecta a mujeres de todas las culturas y clases sociales. Los feminicidios son solo la punta del iceberg, su expresión más cruel, pero las violencias machistas también se producen por medios físicos, sexuales, digitales, económicos, psicológicos y sociales: hay que concienciar a la ciudadanía de la gravedad de las acciones, actitudes y conductas machistas, que profundizan en la desigualdad y los maltratos”, expone la psicóloga clínica Sara Guila Fidel, secretaria de la Comisión Transversal de Violencia Machista.

Un mural contra la violencia machista de Andrea Cingolani

A lo largo de la mañana, la diseñadora Andrea Cingolani ha pintado una ilustración que se expondrá durante el año por los diferentes edificios del Campus con el objetivo de concienciar cada día de la necesidad de erradicar la violencia machista.

La Dra. Maria José Abadias, directora asistencial del Hospital Universitario Vall d’Hebron, ha reforzado el compromiso del Hospital de trabajar de forma activa contra la violencia machista a través tratamiento y acompañamiento de las víctimas y la concienciación de los profesionales para mejorar la prevención, detección y tratamiento de las víctimas y sus hijos e hijas. La Dra. Sílvia Alemany, investigadora principal de Psiquiatría, salud mental y adicciones de Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR), ha destacado que la violencia machista no siempre es evidente en la investigación y está detrás el abandono de muchas carreras. El paternalismo y el desprecio son sus formas. En esta línea se ha pronunciado también la Dra. Isabel Puig Borreil, investigadora sénior del grupo de células madre y cáncer al VHIO, que se ha referido al efecto Matilda, un sesgo en contra del reconocimiento de los éxitos de mujeres científicas, el trabajo de las cuales es ninguneado o incluso atribuido a sus colegas hombres. La Dra. Marga Navarro, responsable de relaciones institucionales del Centro de Esclerosis Múltiple de Catalunya (Cemcat), ha dedicado su parlamento del 25-N a visibilizar la esclerosis múltiple, una enfermedad que mayoritariamente sufren mujeres: las pacientes también son víctimas de violencia machista, a menudo en formas como la banalización de los síntomas y la sobrecarga física y emocional.
Miembros de la Comisión Transversal de Violencia Machista del Hospital han leído un manifiesto que quiere alentar a trabajar conjuntamente para construir un mundo donde todas las personas vivamos libras de violencia y discriminación: ha sido el caso de Ariadna Gomà, trabajadora social sanitaria; la Dra. Silvia Naches, del Servicio de Otorrinolaringología, y la Dra. Cristina Soler, del Servicio de Urgencias. La conclusión ha ido a cargo de la Dra. Sara Guila Fidel, psicóloga clínica y vicepresidenta de la Comisión Transversal contra la violencia machista del Hospital Universitario Vall d’Hebron, que ha recordado que el 25-N es cada día. La Comisión trabaja todo el año para la erradicación de la violencia, el apoyo integral a las víctimas y el cambio cultural y social.