20/09/2019 Ariadna Laguna obtiene una beca Junior Leader Retaining de “la Caixa” 20/09/2019 Esta ayuda nos permitirá determinar si la microbiota alterada contribuye a la aparición y/o progresión del Parkinson, o bien es una consecuencia del proceso neurodegenerativo. Esta semana la Fundación Bancaria "la Caixa" ha entregado ayudas para 79 proyectos de investigación pionera y de gran impacto social por un importe de 28 millones de euros. Entre los beneficiarios de estas becas se encuentra a la Dra. Ariadna Laguna, investigadora principal del grupo de investigación en http://es.vhir.org/portal1/grup-equip.asp?t=malalties-neurodegeneratives&s=recerca&contentid=186912 Enfermedades Neurodegenerativas del Vall d'Hebron Institut de Recerca (VHIR) que ha obtenido una beca Junior Leader Retaining. Esta modalidad de beca, con una dotación de 305.100 euros repartidos en tres años, tiene la finalidad de retener talento para investigar a cualquier universidad o centro de investigación del Estado o de Portugal.Podemos detectar y tratar la enfermedad de Parkinson a través del intestino?La Dra. Ariadna Laguna lidera un proyecto de investigación para profundizar en la relación entre el cerebro y el intestino en el contexto de la enfermedad de Parkinson. "La ayuda recibida de la Fundación Bancaria" la Caixa "nos permitirá determinar si la microbiota alterada contribuye a la aparición y/o progresión de la enfermedad, o bien es una consecuencia del proceso neurodegenerativo", explica la investigadora. "Además, este proyecto también nos permitirá identificar posibles biomarcadores que permitan la detección precoz de la enfermedad, así como posibles nuevas terapias para prevenir o retrasar la progresión del Parkinson", añade.En el ámbito personal, "haber recibido esta ayuda supone un punto de inflexión para mi carrera científica ya que me permitirá seguir investigando el VHIR y en una línea de investigación muy novedosa", comenta la Dra. Laguna.Los retos en la búsqueda de la enfermedad de ParkinsonLa enfermedad de Parkinson es un trastorno neurodegenerativo progresivo y de origen desconocido, que cada año afecta a un mayor número de personas debido al aumento de la esperanza de vida en nuestra población. La enfermedad se caracteriza por la pérdida de neuronas de una región llamada sustancia negra del cerebro, encargada de la producción de dopamina y, entre otras funciones, de la regulación del movimiento voluntario. Aunque hemos avanzado mucho en las últimas décadas en el conocimiento de la enfermedad, aun no hay biomarcadores fiables que permitan su diagnóstico precoz o el uso de terapias que disminuyan o ralenticen su progresión.Por lo tanto, los dos grandes retos que tiene la comunidad científica que trabajamos en la enfermedad de Parkinson son: saber cómo podemos evitar que las neuronas mueran y cómo podemos anticiparnos a la enfermedad identificando aquellas personas que tienen un mayor riesgo de desarrollarla para actuar terapéuticamente de forma precoz.Actualmente, el diagnóstico requiere la identificación de los síntomas motores clásicos, que no se manifiestan hasta que ya hay una pérdida neuronal importante en las regiones cerebrales susceptibles. Sin embargo, los pacientes con Parkinson presentan otros síntomas no motores que suelen aparecer clínicamente antes de la manifestación del parkinsonismo, en una fase de pre-diagnóstico de varios años. Los trastornos gastrointestinales son uno de los síntomas más habituales en pacientes con Parkinson y de los que aparecen de forma más temprana. En los últimos años, investigadores de diferentes países han descrito que la composición de la microbiota del intestino se encuentra alterada en pacientes con la enfermedad de Parkinson. Sabemos también que la composición de la microbiota en el intestino puede afectar muchas funciones del cuerpo, incluido el cerebro, debido a la comunicación bidireccional que existe entre estos dos órganos. Twitter LinkedIn Facebook Whatsapp