Bruno ya está en casa. Todavía pasarán unos días antes de reincorporarse a su actividad de cardiólogo en el Hospital Universitario Vall d'Hebron, pero ayer, junto a su hermano Willy, pisó tierra firme tras más de 99 días en su barco, el We Are Water, con el que el jueves 9 de abril, más de 14 días después de lo que lo hiciera el ganador, llegaron en quinta posición de la Barcelona World Race.Los hermanos García, un ejemplo de regatistas y de personas, estaban exhaustos pero eufóricos, felices y satisfechos a la llegada al Portal de la Pau, donde les esperaba una multitud en la soleada tarde de Barcelona. “Ir con mi hermano pequeño ha sido el acierto más grande que he podido tener nunca. Seguramente hay navegantes mejores, pero no tengo un hermano pequeño como él, ha sido tremendo, ¡tremendo!", aseguraba Bruno con las lágrimas en los ojos.Más de tres meses atrás quedaba la imagen de la presentación del barco, el último en estar preparado, aunque valió la pena esperar porque han estado a la altura de los mejores. Aquel día en que Bruno posaba con el logo del VHIR, que ha llevado durante toda la regata con orgullo durante más de 43.000 kilómetros en los que han sufrido muchos cambios de condiciones. “No te puedes imaginar lo difícil que es aguantar esas condiciones con este barco, tanto el mar como el barco son muy exigentes, y nosotros hemos ido muy rápido, pero los que nos han ganado han ido aún más rápido, porque son profesionales. Y yo a mi profesión la amo tanto como a la vela. Es que si os ponemos diez minutos en uno de estos barcos os asustáis”, nos comenta Bruno.Durante estos casi 100 días han llevado el mensaje solidario de We Are Water y el del Vall d'Hebron Institut de Recerca en su barco. La experiencia les ha hecho valorar más la importancia de estos mensajes. "Sólo os puedo decir que el mundo no es tan grande como todos pensamos. Porque si dos hermanos como nosotros hemos sido capaces de darle la vuelta con un velero, que por cierto es una maravilla, entonces es que es más pequeño de lo que pensamos. Y por lo tanto, lo tenemos que cuidar”. Cuidar al mundo y a las personas que lo habitan.Y un mensaje para superar las dificultades diarias. “Echas de menos la comida fresca… ¡un tomate me sabrá a gloria ahora! Pero luego tampoco hay tantas cosas que necesites, la gran lección es que puedes prescindir de muchas cosas”.