23/02/2018 El equipo del Dr. Simó Schwartz Jr consigue un nanomedicina polimérica que facilita las terapias simultáneas farmacológicas y de silenciamiento génico 23/02/2018 La micela, formada por una combinación de polímeros y gelatina, permite transportar con efectividad grandes cantidades tanto de ácidos nucleicos como de fármacos en su interior. Uno de los principales problemas que debe afrontar la nanomedicina es la mejora de los sistemas de transporte y liberación de fármacos en los lugares de actuación adecuados. Y en concreto, llevar los ácidos nucleicos a las células diana. El equipo que lidera el Dr. Simó Schwartz Jr, director del http://www.cibbim.eu/ CIBBIM-Nanomedicina ha conseguido crear una micela formada por una combinación de polímeros y gelatina que permite transportar con efectividad grandes cantidades tanto de ácidos nucleicos como de fármacos en su interior. El sistema, además, lleva a la periferia una serie de grupos carboxílicos que permiten anclar de una manera muy fácil cualquier tipo de molécula directora como por ejemplo un péptido o anticuerpo. El trabajo, que ha permitido la obtención de una patente, ha sido publicado en https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1385894717322374" Chemical Engineering Journal (D1). Esta micela ha conseguido superar dos grandes problemas. Por un lado, permite reducir mucho la toxicidad del conjunto del sistema. "La mayoría de sistemas de transporte de ácidos nucleicos son tóxicos para el organismo y con esta micela que combina polímeros y gelatina conseguimos que esta toxicidad prácticamente desaparezca", explica el Dr. Schwartz Jr, jefe del grupo CIBBIM-Nanomedicina. Direccionamiento y Liberación Farmacológico del Vall d'Hebron Instituto de Investigación (VHIR). Por otro lado, "hemos conseguido un nanosistemas que hace que las micelas puedan tener una carga eléctrica global modulable, lo que facilita cargas neutrales mientras viajan en sangre", añade. Y es que otro problema importante que tienen los sistemas de transporte es el recubrimiento de proteínas que van cogiendo una vez entran en el torrente circulatorio. La mayoría de nanoconjugats tienen una carga global concreta que puede ser positiva o negativa. Las cargas positivas interaccionan con las membranas celulares, y terminan siendo muy tóxicas. En cambio, si son negativas, es muy difícil que puedan encapsular ácidos nucleicos, que son negativos, y atraen muchísimo la mayoría de proteínas sanguíneas que pueden cambiar sus propiedades en exceso. "Al combinar la gelatina, que es una sustancia positiva, con un conjunto de polímeros y unos carboxílicos, que son negativos, conseguimos tener una parte de la micela positiva que carga el ácido nucleico y un conjunto de cargas generales negativas que permiten modul.lar y neutralizar esta positividad", comenta. Por lo tanto, su biodistribución no se ve tan alterada ni se pierden cualidades de gran valor como el tamaño pequeño, que hace que se pueda filtrar hacia los tumores o el hecho de poder colocarle en la parte exterior un péptido director que le permite interaccionar directamente con determinadas células dianas. Por otra parte, se ha comprobado que las micelas que hemos creado tienen unas características que facilitan una internalización más rápida y eficiente por parte de las células tumorales. La cantidad de fármacos y ácidos nucleicos que llegan a las células tumorales con este sistema es mucho más alto. Esta micela ha sido probada con el fármaco cetuximab, pero en estos momentos el grupo http://bit.ly/2rSQb9v CIBBIM-Nanomedicina. Direccionamiento y Liberación Farmacológico tiene diferentes proyectos en marcha para estudiar la eficacia terapéutica de este sistema de transporte con diferentes fármacos, ácidos nucleicos y proteínas para cirrosis, VIH, cánceres de mama, colorrectal y páncreas, y enfermedades minoritarias como la enfermedad de Fabry y la Pycnodysostosi (una enfermedad producida por la ausencia de catepsina K lisosomal). Cabe destacar también que la mayoría de elementos que se han utilizando para producir las micelas tienen un coste muy bajo y son fácilmente escalables, lo que abarata enormemente los costes de producción. Además, "el sistema está basado en polímeros y compuestos ya aprobados para usos médicos por la FDA lo que hace mucho más fácil su traslación tanto en la industria como en la clínica", concluye el Dr. Simón Schwartz Jr. Twitter LinkedIn Facebook Whatsapp