Las últimas semanas de Julio, diversos grupos de investigación del VHIR han acogido dos estudiantes que han recibido el Premio Extraordinario de Bachillerato, para asistir a profesionales de diversas líneas de investigación y observar, de primera mano, el día a día de la investigación e, incluso, de los animalarios.Las estudiantes ganadoras, Mónica Torrecilla y Claudia Castelló, han realizado una estancia en los grupos de investigación de http://es.vhir.org/portal1/grup-equip.asp?s=recerca&contentid=186821 Oftalmología y el http://es.vhir.org/portal1/grup-equip.asp?t=cibbim-nanomedicina-direccionament-i-alliberament-farmacologic&s=recerca&contentid=186781 CIBBIM-Direccionamiento y Liberación Farmacológica respectivamente. Ambos grupos han mostrado a las estudiantes la realidad de la investigación y la colaboración entre departamentos del hospital y la utilidad de los métodos de investigación básica y seguimiento que han comenzado a practicar en la universidad. "Pienso que es muy interesante porque en la universidad nunca se sabe dónde acabarás. No había visto la utilidad real de técnicas como la PCR, o el tracto con animales en el animalario para la investigación", comenta Mónica Torrecilla, estudiante de primero de carrera de Ingeniería Biomédica en la Universidad de Barcelona, y que ha sido acogida en el grupo de Oftalmología por las investigadoras Anna Badia i Anna Salas.Para Claudia Castelló, estudiante de primero de Medicina, las prácticas en el grupo CIBBIM-Direccionamiento y Liberación Farmacológica, supervisadas por Fernanda Andrade, le han permitido descubrir la nanomedicina, una especialidad que desconocía completamente. "He podido ver alguna de las aplicaciones de las nanopartículas en medicina, como por ejemplo que nos permiten enviar un medicamento de forma muy localizada y también con menor toxicidad".Para ambas estudiantes, la estancia ha supuesto una oportunidad única de conocer cómo es el mundo de la investigación y trabajar con científicos. Los Premios Extraordinarios de Bachillerato, creados en el 1999, además de suponer el reconocimiento oficial de los méritos de los alumnos, pretende ser un estímulo para los estudiantes, que ahora empiezan a decidir hacia dónde orientar su futuro profesional.