18/12/2023 La inclusión del nervio óptico dentro de los criterios diagnósticos mejora la detección de los casos de esclerosis múltiple Los Drs. Angela Vidal y Xavier Montalban 18/12/2023 Las conclusiones de la investigación proponen modificar los criterios de McDonald 2017, sólo en aquellos en los que el diagnóstico mediante los criterios actuales no sea posible. El estudio multicéntrico, coordinado por el Dr. Xavier Montalban, director del Centro de Esclerosis Múltiple de Cataluña (Cemcat) y Jefe del Servicio de Neurología del Hospital Universitari Vall d'Hebron y el grupo de investigación en Neuroinmunología Clínica del Vall d'Hebron Instituto de Investigación (VHIR), muestra que la incorporación del nervio óptico dentro de los criterios diagnósticos mejoraría la capacidad de detectar los casos de esclerosis múltiple. “La inflamación del nervio óptico, o neuritis óptica, es una de las manifestaciones más comunes de la esclerosis múltiple. De hecho, un tercio de los pacientes la presenta como primer síntoma y siete de cada diez la desarrollan durante el transcurso de la enfermedad”, explica la Dra. Angela Vidal Jordana, neuróloga investigadora del Cemcat, investigadora principal del grupo de Neuroinmunología Clínica del VHIR y primera autora del trabajo publicado en la revista Neurology. "Sin embargo, hoy en día, las lesiones en el nervio óptico no se consideran dentro de los criterios diagnósticos". Para diagnosticar la esclerosis múltiple, los criterios de McDonald establecen que es necesario demostrar la diseminación en espacio de las lesiones desmielinizantes. Es decir, la afectación de al menos dos de cuatro regiones determinadas del cerebro y la médula en distintos momentos. “La última revisión de los criterios de McDonald tuvo lugar en 2017. Entonces, no se incluyó el nervio óptico como una de las regiones del sistema nervioso central a considerar para confirmar la diseminación en el espacio, por falta de datos sobre su utilidad diagnóstica. En consecuencia, cuando un paciente llega a la consulta con neuritis óptica, pero solo tiene afectada una de las áreas contempladas en los criterios, el diagnóstico y tratamiento se demoran hasta la aparición de una lesión en una segunda región”, señala Vidal Jordana. En el estudio, han participado 157 pacientes provenientes de 5 centros de la red europea de Imágenes de Resonancia Magnética para la Esclerosis Múltiple (MAGNIMS). “El objetivo de nuestro trabajo era, por un lado, determinar el impacto de incluir las lesiones del nervio óptico en los criterios diagnósticos. Por otro, buscábamos evaluar la capacidad de tres pruebas, la resonancia del nervio óptico, la tomografía de coherencia óptica y los potenciales visuales evocados, para detectar estos daños”, declara Vidal Jordana. Los datos sobre la función del nervio óptico se recogieron en los seis meses siguientes a la aparición de la enfermedad, utilizando al menos dos de las tres técnicas. De acuerdo con los resultados, la inclusión del nervio óptico como quinta área de estudio mejora la sensibilidad y rendimiento diagnóstico en comparación con los criterios de McDonald 2017. “Hablamos de un 92,5% de sensibilidad de los criterios modificados frente al 88,2% de los criterios actuales”, especifica Montalban. “La fortaleza de nuestra propuesta es que no modifica el número mínimo de regiones afectadas por concluir el diagnóstico de la esclerosis múltiple. Los criterios de McDonald exigen que existan lesiones en dos de cuatro regiones. Nosotros mantenemos esta condición de dos regiones, pero añadimos una quinta área, el nervio óptico, por aquellos casos que no acaban de cumplir los criterios clásicos. En otras palabras, si las imágenes por resonancia magnética ya permiten establecer un diagnóstico claro, no es necesario valorar la función del nervio óptico”. Por último, los investigadores destacan que los criterios modificados son aplicables a cualquier centro que disponga de una de las tres técnicas utilizadas en el estudio para evaluar el nervio óptico, ya que presentan un rendimiento similar. La inflamación del nervio óptico, o neuritis óptica, es una de las manifestaciones más comunes de la esclerosis múltiple. De hecho, un tercio de los pacientes la presenta como primer síntoma Twitter LinkedIn Facebook Whatsapp