En las últimas décadas, la evolución de la atención sanitaria hacia una mayor automatización y tecnificación ha provocado, paradójicamente, que el factor humano quedara desdibujado. Atento a esta tendencia, documentada en varios estudios, el enfermero de la UCI pediátrica de Vall d’Hebron Javier García ha coordinado la elaboración del ‘Manual de Buenas Prácticas en Humanización a las Unidades de Cuidados Intensivos Pediátricos’, que parte de su tesis doctoral. Este manual ha sido posible gracias a la colaboración de 52 profesionales de varias disciplinas de 15 centros hospitalarios de toda España: enfermeras, médicos, trabajadores sociales, entre otros. “Partimos de la experiencia del Proyecto HU-CI, un grupo de investigación multidisciplinar internacional que busca, a través de la investigación participativa en red, humanizar las curas de las Unidades de Cuidados Intensivos de adultos, teniendo en cuenta la perspectiva de los pacientes, sus familias y los profesionales que los atienen. Actualmente este proyecto se engloba dentro de la Fundación Humanizando la Sanidad, que nace con el objetivo de transformar la realidad en el ámbito de la salud”, expone Javier García.

Su proyecto, Proyecto HU-CIP, pasa por la creación de un estándar de medida de las UCI Pediátricas de Catalunya a través de las líneas que marca el ‘Manual de Buenas Prácticas en Humanización a las Unidades de Cuidados intensivos Pediátricos’, que ya cuenta con el aval de la SECIP (Sociedad Española de Cuidados intensivos Pediátricos) y el ANECIPN (Asociación Nacional de Enfermería de Cuidados Intensivos Pediátricos y Neonatales). En base al cumplimiento de 132 buenas prácticas distribuidas en siete líneas estratégicas que establece el manual, el Proyecto HU-CIP tiene como objetivo crear una certificación que da un reconocimiento público y explícito en los centros que cumplen los requisitos para dar una atención humanizada y de calidad.

Las siete líneas son: puertas abiertas a la UCI pediátrica y participación de la familia en los cuidados, comunicación (tanto con la familia y el paciente como entre los profesionales), bienestar del paciente, cuidados al personal para promover su bienestar y evitar el síndrome del burnout, como se aborda el síndrome post cuidado intensivos pediátricos y la preparación al alta del paciente, cuidados al final de la vida e infraestructura (funcionalidad y comodidad de la UCIP). El manual promueve un proceso de certificación en cuatro fases: solicitud del centro, autoevaluación, evaluación consistente en la evaluación documental y presencial del cumplimiento de las buenas prácticas.
Las buenas prácticas se dividen en tres tipos: básicas –aquellas prácticas que son obligatorias para conseguir un nivel mínimo de humanización, como la formación del personal en habilidades no técnicas o permitir a los familiares dormir con el paciente, siempre que las condiciones físicas lo permitan–, avanzadas –disponer de una Escuela de Familias donde se lleven a cabo actividades lúdicas y formativas, entre otros– y excelentes –contar por ejemplo con los diarios UCIP para que las familias y los profesionales puedan escribir sus vivencias durante el ingreso. “Se trata de un enfoque multidisciplinar que refleja una visión integral de la realidad actual. La misión del proyecto HU-CIP es mejorar colectivamente la atención proporcionada a las Unidades de Cuidados intensivos Pediátricos de toda España involucrando a pacientes, familias y profesionales en el proceso”, resume el enfermero Javier García.

Profundizar en la investigación para mejorar la atención centrada en la persona a las UCI

Para continuar profundizando en cómo mejorar la experiencia del paciente y la atención centrada a la persona a las UCIP, Javier García escribió el artículo ‘Humanisation in Paediatric Intensive Care Unidos: A Narrative Review’, una revisión de ciento artículos relacionados con la humanización en las Unidades de Cuidados intensivos Pediátricos de 19 países diferentes, publicados entre 2019 y 2021.

El artículo, publicado en acceso abierto a finales de mayo en la revista de enfermería Intensive and Critical Care Nursing, concluye que, a pesar de la amplia investigación realizada sobre el tema, prueba del interés que suscita, todavía existen puntos que requerirían un estudio más profundo, como por ejemplo la participación de la familia y su involucración en las curas.