Un equipo del Hospital Universitario Vall d’Hebron, encabezado por el Dr. Antonio Roman, director asistencial del centro, ha volado a Ginebra (Suiza), donde la Organización Mundial de la Salud (OMS) celebra el encuentro anual para avanzar hacia la erradicación de las llamadas enfermedades tropicales desatendidas, también conocidas como enfermedades olvidadas. Entre el grupo oficial de las 20 enfermedades desatendidas, hay patologías diversas como la leishmaniosi, autóctona de la cuenca mediterránea, la estrongiloidiasi, o la enfermedad de Chagas, en la que Vall d’Hebron colabora desde hace una década con la OMS activamente para mejorar su prevención, diagnóstico y tratamiento, con programas que son un referente en salud pública y comunitaria.   

En el encuentro de Ginebra, se discute la hoja de ruta 2021-2030 que establece alianzas estratégicas entre los gobiernos, las oenegés y la comunidad científica para mejorar la prevención, el diagnóstico, el tratamiento y el control de estas enfermedades. “La OMS trabaja con el objetivo para 2030 que 100 países eliminen completamente las enfermedades tropicales desatendidas y reducir en un 90% la población que necesita atención por una o más de estas dolencias”, explica el Dr. Antonio Roman. Para conseguirlo hace falta ciencia, inversión, voluntad y coordinación. Junto con el Dr. Antonio Roman, a Ginebra han viajado los doctores Jordi Gómez Prat i Fernando Salvador, de la Unidad de Medicina Tropical y Salud Internacional Vall d’Hebron-Drassanes e investigadores del Grupo de Investigación en Enfermedades Infecciosas del Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR).   

Este año, la Reunión Mundial de Asociados sobre Enfermedades Tropicales Desatendidas trae una buena noticia. Dos de las 20 patologías de la lista de enfermedades olvidadas podrían ser erradicadas el 2030. Son el pian, una enfermedad causada por una bacteria que afecta fundamentalmente los niños, produciendo lesiones cutáneas y afectación ósea, y la enfermedad del sueño, causada por un parásito que transmite la mosca tse-tsé. Gracias a la investigación y la perseverancia de un grupo de científicos, se han encontrado tratamientos efectivos para ambas.  

 Las enfermedades olvidadas   

Las enfermedades tropicales desatendidas son un grupo diverso de 20 patologías que afectan sobre todo a poblaciones vulnerables y empobrecidas. A pesar de denominarse olvidadas, se calcula que más de 1.000 millones de personas se ven afectadas por alguna de estas enfermedades. Y a pesar de no recibir suficiente financiación para tratarlas, no son invencibles. “Pueden ser controladas y, en algunos casos, eliminadas con intervenciones adecuadas”, avanza el Dr. Fernando Salvador.   

Hay muchos motivos que llevan a profesionales como los de Vall d’Hebron a combatir estas enfermedades. Uno es la justicia social. Estas enfermedades tienen un impacto sobre la salud y el bienestar de las personas que las sufren y afectan a los más vulnerables. Causan discapacidad crónica, deformaciones físicas, retraso en el crecimiento, y, en algunos casos, incluso la muerte. “Cuando se trata de salud, nadie tendría que ser olvidado”, reflexiona el Dr. Fernando Salvador. En segundo lugar, este grupo de enfermedades tiene efectos económicos negativos porque limita la productividad de las comunidades afectadas y perpetúa el ciclo de la pobreza. Por lo tanto, su control contribuye a reducir la pobreza, uno de los objetivos para el desarrollo sostenible de la Agenda 2030. Finalmente, hay una cuestión de seguridad porque algunas tienen el potencial de ser una amenaza. Más, en un mundo global golpeado por el cambio climático. El Dr. Fernando Salvador pone como ejemplo el dengue o el chikunguya. “En Cataluña tenemos el mosquito tigre que actúa de vector de estas enfermedades y ya se han diagnosticado dos casos autóctonos de dengue”, recuerda.   

Vall d’Hebron, un referente en enfermedad de Chagas  

La mayoría de los casos que trata la Unidad de Medicina Tropical y Salud Internacional Vall d’Hebron-Drassanes son importados vía migraciones o viajes, como la enfermedad de Chagas, la esquistosomiasis o la estrongiloidiasis. En la enfermedad de Chagas, Vall d’Hebron es un referente. Fue unos de los actores que hizo posible que el 14 de abril fuera declarado Día Mundial de la enfermedad de Chagas, para tomar conciencia sobre esta enfermedad “silenciosa”. Además, el Dr. Jordi Gómez Prat coordina uno de los seis grupos técnicos del programa de control de la enfermedad de Chagas de la OMS, el de Información, Educación y Comunicación. Este grupo está formado por doce personas, entre las cuales también hay una enfermera de Vall d’Hebron, Isabel Claveria, recientemente jubilada.   

La enfermedad de Chagas es una enfermedad causada por un parásito que se llama “Trypanosoma cruzi” y es endémica de algunas regiones de la América Latina. Es una enfermedad infradiagnosticada y silenciosa, no hay síntomas hasta que afecta el sistema cardiovascular y puede ser demasiado tarde. Vall d’Hebron ha desarrollado estrategias pioneras en la mejora del diagnóstico y el tratamiento. Su modelo de salir a la comunidad para reducir la infradiagnóstico es un referente. “Desde 2008, hacemos cribados en la Fiesta de la Patria Boliviana y tenemos un acuerdo con el consulado en Barcelona para cribar de enfermedad de Chagas y de estrongiloidiasis que funciona muy bien. La prevalencia entre esta comunidad es de un 18,5% de estrongiloidiasis y un 13% de enfermedad de Chagas”, explica el Dr. Jordi Gómez. Vall d’Hebron es uno de los actores que participa en la plataforma BeatChagas, una herramienta del Programa de control de la enfermedad de Chagas de la OMS para hacer prevención y controlar la enfermedad en la comunidad. También ha desplegado el programa Paciente Experto Cataluña y desde la Unidad de Medicina Tropical y Salud Internacional Vall de Hebron-Drassanes cuenta con un equipo de salud pública y comunitaria para sensibilizar a la población y trabajar por una atención sanitaria equitativa.   

Una de las acciones más destacadas fue un anuncio con Leo Messi para concienciar sobre la importancia de diagnosticar la enfermedad de Chagas a tiempo. El protagonista era el señor Miguel, un paciente de Vall d’Hebron de 90 años, que gracias a un diagnóstico precoz, llevaba un dispositivo en el corazón que le había permitido conocer a su ídolo: Leo Messi  

Enfermedades del Mediterráneo  

Además de colaborar con países donde estas patologías son endémicas, haciendo investigación para tener nuevos tratamientos, biomarcadors y técnicas diagnósticas, entre las 20 enfermedades del listado hay algunas autóctonas, como la leishmaniosi. “Se transmite por la picadura de flebótomos hembra, un insecto que vive a la cuenca mediterránea”, apunta el Dr. Fernando Salvador. La forma más común es la enfermedad cutánea, que causa úlceras. La mucocutánea afecta a boca, nariz y garganta y es menos común. Y la más grave es la visceral, que afecta más a menudo a personas con algún tipo de inmunosupresión. Causa fiebre, pérdida de peso, hepatoesplenomegalia y anemia. La mayoría de los casos se dan en el Brasil, el este de África e india. Según los datos de la OMS, se calcula que anualmente se producen en todo el mundo entre 50.000 y 90.000 nuevos casos de leishmaniosi visceral.   

Para hacer frente a esta y otras enfermedades de las llamadas desatendidas, Vall d’ Hebron apela a la investigación y al trabajo en red para desarrollar estrategias de prevención y tratamientos que incluyan la distribución de medicamentos preventivos, la mejora de la higiene, el control de los vectores que transmiten enfermedades y la educación de las comunidades sobre las medidas de prevención.