Dos investigaciones del grupo de investigación multidisciplinario de enfermería del Vall d'Hebron Instituto de Investigación (VHIR) han sido seleccionadas en la Convocatoria 2023 de Ayudas a la Investigación en Enfermería otorgadas por el Colegio Oficial de Enfermeras y Enfermeros de Barcelona (COIB). La primera, dirigida por la enfermera Creu Regné, proporcionará una nueva herramienta para evaluar el grado de autonomía del paciente adolescente y personalizar su transferencia a la unidad de adultos. La segunda, liderada por la enfermera Sara López, ha analizado el valor de la impresión subjetiva del personal de enfermería a la hora de predecir el empeoramiento de los pacientes. 

Facilitar la transición a la unidad de adultos 

Creu Regné trabaja en el programa de transición de la adolescencia a la edad adulta, un proyecto para acompañar al paciente crónico durante el paso de la pediatría a la medicina adulta. La intervención comienza entre los 12-14 años y concluye en el momento en que se considera que el paciente está completamente integrado en el sistema adulto, alrededor de los 20 años. De esta manera, se evitan abandonos de tratamientos o medicación y otros problemas asociados con el cambio. 

El equipo está constantemente buscando herramientas para mejorar y personalizar el seguimiento. Por ejemplo, el estudio dirigido por Regné propone adaptar el cuestionario TRAQ 6.0 al contexto hospitalario de Vall d'Hebron. El TRAQ 6.0 se utiliza en Estados Unidos, Canadá y Alemania, donde ha demostrado su eficacia para evaluar el grado de autonomía del paciente crónico adolescente. La propuesta será traducir el documento al catalán y al castellano, adaptándolo culturalmente y socialmente al ámbito de Barcelona. El nuevo cuestionario será evaluado con los pacientes del mismo hospital. Si los resultados son positivos, la nueva herramienta se añadirá al protocolo de transición actual de Vall d'Hebron.

Valorar las impresiones del personal de enfermería

 Los hospitales actualmente cuentan con protocolos activos para detectar qué pacientes tienen más riesgo de sufrir un deterioro agudo y así activar medidas para prevenirlo. Estos sistemas utilizan algoritmos que puntúan diferentes parámetros fisiológicos, históricos y médicos para asignar el riesgo de sepsis, paro cardiorrespiratorio o ingreso no planificado en la Unidad de Cuidados Intensivos, entre otros. El proyecto de López busca añadir un nuevo parámetro a la ecuación: la impresión subjetiva del personal de enfermería. Los miembros de este colectivo son las personas que más tiempo pasan en contacto directo con los pacientes y, por lo tanto, pueden percibir más rápidamente las señales de alerta. Su valoración ya se utiliza en varios centros, pero falta un estudio científico que evalúe sistemáticamente su eficacia clínica. El objetivo final es mejorar la detección de los resultados clínicos adversos para poder tratarlos precozmente y, de esta forma, evitar o al menos reducirlos. El estudio analizará cerca de 40,000 pacientes en más de 20 unidades de hospitalización.