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13/04/2023

Un estudio con participación de Vall d’Hebron demuestra la seguridad de la terapia con virus para combatir bacterias multirresistentes

La Dra. Berastegui i la Dra. Gómez

13/04/2023

Más de la mitad de los pacientes que recibieron el tratamiento con bacteriófagos experimentaron mejoras significativas.

Un estudio publicado a Clinical Infectious Diseases ha demostrado que la terapia con virus bacteriófagos o fagos para tratar infecciones por bacterias multirresistentes es segura, y resulta eficaz en más del 50% de los casos. El trabajo ha analizado 20 casos de uso compasivo de este tratamiento que se utiliza solo en pacientes muy complejos y en los cuales la terapia con antibióticos no ha dado los resultados esperados. El Hospital Universitario Vall d'Hebron ha participado en el trabajo con dos pacientes.

Cada vez existen más microbacterias resistentes a los antibióticos. Las infecciones con micobacterias no tuberculosas, como lo Mycobacteriumabscessus, resultan especialmente complicadas de tratar y necesitan de dosis muy elevadas y prolongadas de antibióticos, con el consecuente incremento de efectos secundarios no deseados. Un sector de la población especialmente vulnerable a estas infecciones son los pacientes con Fibrosis Quística o con otras patologías que provocan la dilatación crónica de los bronquios, ya que parten de una base clínica complicada. Una de las autoras del estudio, la Dra. Cristina Berastegui, del Servicio de Neumología de Vall d'Hebron y del grupo de investigación de Neumología de Vall d'Hebron Instituto de Investigación (VHIR), comenta como: “Este aumento de las resistencias a los antibióticos nos obliga a buscar nuevas terapias para aquellos pacientes por los cuales el tratamiento tradicional ya no es suficiente”.

Los bacteriófagos son virus que infectan las bacterias, esto es, que utilizan las bacterias como célula huésped para replicarse y en este proceso la bacteria se destruye. La dificultad de la terapia rae en encontrar el fago adecuado para cada caso, es decir, un bacteriófago capaz de infectar la bacteria presente en el paciente. Una vez seleccionada el fago, el equipo médico lo inyectaba intravenosamente a los pacientes, en algunos casos se complementó con la administración por aerosol del mismo virus.

El uso de esta terapia, no sustituía, sino que complementaba los antibióticos. El objetivo final es tener una reducción suficientemente significativa de la colonia de bacterias para permitir que los medicamentos tradicionales hagan su trabajo y erradiquen la infección o al menos reducir su alcance y mejorar el cuadro clínico del paciente.

De los veinte pacientes analizados, once presentaron mejoras significativas, cuatro no tuvieron ninguna respuesta y cinco tuvieron resultados no conclusivos. La limitada medida de la muestra y la complejidad de todos los casos presentados, dificulta extraer conclusiones claras de qué factores determinan el éxito o el fracaso del tratamiento. Ningún paciente hizo rechazo, pero ocho crearon anticuerpos contra los virus. Aun así, estas respuestas del sistema inmunitario no se pudieron relacionar con el éxito o el fracaso de la terapia.

Un tratamiento pensado para casos muy específicos

La Dra. Susana Gómez, del grupo de investigación de neumología del VHIR explica que el objetivo “no es crear un nuevo tratamiento que se pueda extender a todo el mundo, sino dar respuesta a casos de alta complejidad cuando los tratamientos convencionales han fracasado”. La principal limitación para hacer un uso más masivo de esta técnica es que necesita un alto grado de personalización. “Tenemos una librería pequeña de virus y cada uno solo ataca unas bacterias concretas. Aparejar la bacteria presente en el paciente con su bacteriófago es un proceso laborioso y, a veces, imposible”.

Por eso enfocan el tratamiento a un uso compasivo para pacientes con enfermedades respiratorias previas y en los que el tratamiento antibiótico no es eficaz. “Son casos muy complicados y que hasta ahora no se les podía dar ninguna solución,” explica la Dra. Berastegui, “Esta terapia les da una nueva oportunidad”.

El equipo investigador espera que con nuevos estudios y más investigación se pueda ampliar la librería de bacteriófagos disponibles y así poder ampliar también los potenciales beneficiarios.
 

El objetivo no es crear un nuevo tratamiento que se pueda extender a todo el mundo, sino dar respuesta a casos de alta complejidad cuando los tratamientos convencionales han fracasado.

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