La hipertensión pulmonar, caracterizada por tensión arterial alta en las arterias de los pulmones y en el lado derecho del corazón, aumenta el riesgo de sufrir complicaciones y de morir en pacientes que se someten a una cirugía. Un equipo de expertos internacionales con la participación del Dr. Antonio Roman, director asistencial del Hospital Universitario Vall d’Hebron, ha elaborado un documento de consenso para el manejo de este tipo de pacientes con el objetivo de reducir los riesgos asociados a la operación y mejorar su evolución clínica. El trabajo, publicado en la revista The Journal of Heart and Lung Transplantation, fue encargado a un grupo de expertos en hipertensión pulmonar por parte de la Sociedad Internacional de Trasplante de Corazón y Pulmón ante la necesidad de una guía para todos los profesionales que atienden a estos pacientes.

La nueva guía se publica después de más de cuatro años de trabajo intenso y da respuesta a los problemas que se plantean con los pacientes que sufren hipertensión pulmonar y que necesitan tratamiento quirúrgico por diferentes motivos. “Es necesaria una evaluación de los riesgos y un diagnóstico precisos para poder ofrecer o no un tratamiento quirúrgico a estos pacientes”, explica el Dr. Roman.

El documento de consenso internacional incluye recomendaciones para el seguimiento de los pacientes con hipertensión pulmonar antes, durante y después de diferentes tipos de cirugías. Con relación a la evaluación preoperatoria, el trabajo pone énfasis en la valoración del riesgo que supone la cirugía para cada paciente. Depende, entre otros, de la causa que provoca la hipertensión pulmonar, el estado de los pacientes en el momento de la operación, el hecho de sufrir otras enfermedades y el tipo y urgencia de la cirugía. Un equipo multidisciplinario formado por especialistas en hipertensión pulmonar, anestesiólogos, cirujanos, intensivistas, farmacéuticos y enfermeras será el encargado de preparar un plan para la operación. Los expertos destacan, además, la importancia de estabilizar a los pacientes en la medida que sea posible y mejorar la función del ventrículo derecho del corazón antes de someterse a la intervención.

Durante la intervención, la publicación detalla las recomendaciones en cuanto a la anestesia de los pacientes, en que se aconseja el uso de anestesia local, si es posible, por ser más segura que la general. Respecto a la ventilación mecánica, los expertos destacan su necesidad para evitar la falta de oxígeno en los pacientes, pero exponen las estrategias que serían recomendables para evitar efectos indeseados.

Después de la operación, es imprescindible un seguimiento exhaustivo de los pacientes, especialmente durante las primeras 48-72 horas, momento en que hay un mayor riesgo de complicaciones, como infecciones, sepsis, arritmias, etc. Es importante, sobre todo, controlar el dolor sin fármacos opioides y asegurar una oxigenación adecuada.

El documento expone también las estrategias para el manejo de posibles complicaciones o fallos cardíacos, así como aspectos característicos a tener en cuenta en cada tipo de intervención, sea cardíaca o no cardíaca.