15/05/2025 La contaminación atmosférica y las zonas verdes influyen en los trastornos emocionales y de conducta de los niños y niñas Equipo que ha participado en el estudio en el grupo de Psiquiatría, Salud Mental y Adicciones del VHIR Dra. Silvia Alemany y Uxue Zubizarreta-Arruti Uxue Zubizarreta-Arruti en el laboratorio < > 15/05/2025 Un trabajo del Vall d’Hebron Instituto de Investigación y el Instituto de Investigación Sant Joan de Déu muestra que la contaminación ambiental aumenta el riesgo de problemas emocionales, y los espacios verdes disminuyen las alteraciones de conducta. Un estudio liderado por el Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR) y el Instituto de Investigación Sant Joan de Déu (IRSJD) muestra los efectos de la contaminación atmosférica y los espacios verdes en el desarrollo de problemas emocionales y de conducta en niños, niñas y adolescentes de Cataluña. El trabajo, publicado en la revista Child and Adolescent Mental Health, ha sido posible gracias al apoyo de la Marató de 3Cat y el área de Salud Mental del CIBER (CIBERSAM) y la colaboración con el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación ”la Caixa”. Los problemas emocionales y de conducta son frecuentes en la infancia: se calcula que, aproximadamente, un 13,4% de niños, niñas y adolescentes sufren problemas de salud mental alrededor del mundo. Estos trastornos pueden continuar en la edad adulta y tener un gran impacto en los individuos y sus familias. Aunque la genética es importante, el papel de los factores ambientales en el desarrollo de la salud mental está ampliamente aceptado. En este sentido, cada vez hay más evidencia de que factores ambientales físicos presentes en el entorno también juegan un papel fundamental en la salud del cerebro. Entre los factores del ambiente que pueden afectar al cerebro se encuentra la contaminación ambiental. “Hasta ahora hay muchos estudios llevados a cabo en adultos, pero es esencial estudiar estos efectos en la infancia, ya que es una etapa clave del desarrollo y pueden tener consecuencias a largo plazo”, explica la Dra. Silvia Alemany, investigadora principal del grupo de Psiquiatría, Salud Mental y Adicciones del VHIR y del CIBERSAM. Para entender mejor la relación entre el ambiente y la salud mental en la infancia, el VHIR y el IRSJD han coordinado un trabajo con 4.485 niños, niñas y adolescentes de 48 colegios e institutos de Cataluña, tanto públicos como privados. Por un lado, estudiaron su exposición a varios contaminantes del aire, como el dióxido de nitrógeno y las partículas en suspensión, así como la proximidad de espacios verdes a los centros educativos. Por otro, mediante cuestionarios a las familias, se analizó la salud mental de cada niño o niña. Se estudiaron los efectos de la exposición a contaminación y la proximidad a espacios verdes durante períodos entre uno y cuatro años antes de la evaluación de los problemas emocionales y de conducta. Los resultados mostraron que la exposición a contaminación atmosférica, especialmente las partículas PM10, se asocia a un mayor riesgo de problemas emocionales como ansiedad y depresión, efectos que se observaban al cabo de un año. Por otro lado, se observó que el hecho de tener áreas verdes a menos de cien metros del colegio reducía el comportamiento agresivo de los niños y niñas. Estas diferencias se observaban incluso cuatro años después de la exposición. El equipo investigador señala que esto puede ser a causa de efectos beneficiosos derivados directamente de la exposición a zonas verdes, como la reducción de los niveles de estrés, o a través de otros mecanismos como la promoción de la actividad física, la interacción social, el juego libre, o la reducción en el ruido o la contaminación. El trabajo analizó también si el sexo, la edad, el estatus socioeconómico o la predisposición genética podían influir en estos resultados. No se encontraron diferencias significativas, cosa que indica que estos efectos se dan independientemente de estos factores. Mejorar la calidad del aire en beneficio de la salud mental Los resultados obtenidos en este estudio ponen de manifiesto la necesidad de reducir la contaminación y aumentar las zonas verdes para proteger la salud mental de los niños y niñas. “Es necesario apostar por estrategias para mejorar la calidad del aire y ampliar los espacios verdes, especialmente en áreas cerca de las escuelas”, subraya la Dra. Rosa Bosch, coordinadora del programa SJD MIND Escuelas en el IRSJD, miembro del CIBERSAM, Responsable de Investigación de la División de Salud Mental de Althaia Red Asistencial Universitaria de Manresa, y co-primera autora del estudio. En el futuro, es esencial continuar estudiando en profundidad la relación entre la contaminación y la salud mental infantil para poder desarrollar medidas más efectivas para promover la salud. La exposición a contaminantes es un problema cotidiano para una gran proporción de la población. Por este motivo, “incluso pequeñas modificaciones en las exposiciones pueden traducirse en mejoras de la calidad de vida de muchas familias a corto y largo plazo”, indica Uxue Zubizarreta-Arruti, investigadora predoctoral del grupo de Psiquiatría, Salud Mental y Adicciones del VHIR y co-primera autora del estudio. El trabajo ha sido posible gracias a la financiación de otras entidades como la Agencia de Gestión de Ayudas Universitarias y de Investigación (AGAUR), el Instituto de Salud Carlos III, la Marató de 3Cat, la European Regional Development Fundation (ERDF), la ECNP Network ‘ADHD across the Lifespan’, la Fundació ‘la Caixa’, la Diputació de Barcelona, el ‘Pla Estratègic de Recerca i Innovació en Salut’ (PERIS), la Fundació Privada d’Investigació Sant Pau (FISP) y el Departamento de Salud de la Generalitat de Catalunya. Los resultados refuerzan la necesidad de implementar estrategias para mejorar la calidad del aire, especialmente en áreas alrededor de los centros educativos Twitter LinkedIn Facebook Whatsapp